Preguntas frecuentes
Visitando el área a restaurar y generando diálogos y entrevistas a actores claves –sociales, institucionales y sectoriales– para indagar sobre las actividades productivas existentes, la historia ambiental del territorio y las presiones sobre el ecosistema.
Concertando el problema de degradación y la importancia para sus vidas de adelantar acciones de restauración ecológica. Involucrándolos en las etapas del proyecto, potenciando sus capacidades y permitiéndoles participar activamente en todas las decisiones y acciones a efectuarse.
A través del estudio del ecosistema de referencia se conoce la estructura y composición de las comunidades florísticas, permite determinar las especies más importantes y raras, los hábitos de crecimiento y los rasgos funcionales existentes.
Existen varias opciones, pero la más ideal es propagar en viveros las semillas y plántulas rescatadas con la comunidad del ecosistema de referencia. Con ello, hay mayor viabilidad de las especies y se generan economías locales basadas en la naturaleza.
No. Las labores de mantenimiento contemplan actividades como riego, aplicación de abonos orgánicos y otras acciones necesarias para garantizar el éxito de la restauración. Mientras que el seguimiento es la evaluación del cumplimiento de los objetivos, a través de la recopilación periódica de información.
Variables de desarrollo de las plantas sembradas, variables del entorno biótico (fauna y flora) y abiótico (suelo) y variables sociales de acuerdo a la estrategia planteada (participación, comunicación, apropiación).
Agua que contiene material disuelto y en suspensión, luego de ser usada por una comunidad o industria. Dependiendo del proceso del que se genere el agua residual, tendrá unas características fisicoquímicas específicas que la clasifican como un tipo de agua residual: doméstica, industrial y agrícola.
El agua es un recurso primordial para garantizar la vida de todos los seres vivos del planeta. El uso del agua en las diferentes actividades humanas genera aguas residuales que de no ser tratadas podrían ocasionar daños al ambiente (ríos, lagos, mares, suelo, flora, fauna) y a la salud humana. El tratamiento del agua residual permite eliminar o reducir la contaminación, posibilitando el reuso del agua o el vertimiento a otro cuerpo de agua (con los permisos legales correspondientes).
Tecnología de depuración del agua que se basa en los procesos naturales que llevan a cabo la vegetación, el suelo y los microorganismos, caracterizados por su alta versatilidad y adaptabilidad, su integración en el entorno, su mínima dependencia de los elementos mecánicos y su menor coste de implementación y explotación.
Un tratamiento convencional se basa en un proceso secuencial compuesto por diferentes unidades y fases, a velocidades de operación aceleradas debido al aporte de energía. En los tratamientos no convencionales la velocidad de operación es “natural” al intentar recrear los procesos de descomposición en una única unidad que funciona como un “reactor-sistema”, por lo que no hay aporte de energía. El no uso de energía se compensa con mayores requerimientos de superficie.